Pensar lo humano desde transepistemes en la decolonialidad planetaria-complejidad

 

Milagros Elena Rodríguez[1]

 

Resumen: Los epistemes de los seres humanos entran en crisis con la práctica de estos. Dejan en evidencia su incapacidad de haberse conocido; en tanto su complejidad expedita es: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios. Como objetivo de investigación sustentamos transepistemes para pensar los seres humanos en la decolonialidad planetaria-complejidad. El prefijo trans hereda concepciones del legado de Enrique Dussel. Investigamos en medio de transmetodologías maravillosas, en las líneas de investigaciones tituladas: decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje; transmetodologías complejas y los transmétodos decoloniales planetarios-complejos. Con el transmétodo la deconstrucción rizomática conseguimos transepistemes como: los seres humanos son creación de Dios, transepisteme raíz de todos; el espíritu deviene del soplo de vida de la creación dada por Dios al barro en Adán; el ser humano es político, gregario y él puede reformar su pensamiento. La demencia, la maldad, falta de solidaridad no forman parte de la creación, sino deviene del pecado; que se incita en el humanismo, transhumanismo y el ataque a la naturaleza de la creación con el apoyo de la inteligencia artificial.

 

Palabras clave: Ser humano. Transepistemes. Decolonialidad. Planetaria. Complejidad.

 

Inicios. Urgencias en la concepción de lo humano en la tradicionalidad

Los epistemes devinientes del pensar los seres humanos es una tarea en la antigüedad de la filosofía, la teología y las Sagradas Escrituras; en la modernidad-postmodernidad-colonialidad de la atomización de la filosofía al occidentalismo. En general con el humanismo lo humano pierde sentido y se reduce a la diada: cuerpo-mente; en la que la transcendencia del ser humano, lo humano digo, es relegado a la nada; en dicha tendencia filosófica la transcendencia culmina con la muerte del cuerpo. En la actualidad el humanismo se disfraza de posthumanismo, transhumanismo con el auge de las tecnologías el proyecto es la dominancia de la humanidad; y no abona a su felicidad y misión como realización del ser.

La palabra episteme procede del griego ἐπιστήμη epistḗmē que proviene de conocimiento o ciencia, nótese que conocimiento es ciencia, y lo que no pasa por el filo de las ciencias no es conocimiento según la imposición Occidental y del Norte. ¿Cómo el enigma más grande ante las ciencias tradicionales que es el mismo ser humano se puede conocer bajo los métodos que excluyen su complejidad? Los saberes que no pasan por el filo de las ciencias, siempre se han visto como inferiores. Pero para Platón los epistemes de los seres humanos se pueden obtener a través del razonamiento, la dianoia o, a través de la intuición, la noesis, y le confiere a esta última superioridad.

En un salto en la historia de la humanidad, el genealogista Michel Foucault, en su obra: las palabras y las cosas atribuye que la episteme surge como el marco de saber conforme a determinada verdad atribuida desde un poder en cada época (Foucault, 1968). En ello, se comprende como el poder mueve y atribuye conocimientos sobre lo humano de acuerdo con un marco de autoritarismo que le da sentido al proyecto de dominancia. Por ejemplo, en el humanismo al negar a Dios con el ateísmo, negándolo no sólo como figura comprendida erradamente en las religiones opresivas; sino negado en la transcendencia del ser humano, su eticidad y moral ante su creador Dios amado; se separa la naturaleza de creación del ser humano.

En la pesquisa, atendiendo a diversas consultas que lo refrendan las concepciones de los transepistemes va más allá de lo que significa epistemes; pero no se queda en más allá; sino que la significancia del prefijo trans va a concepciones de la transmodernidad dada en diversas obras de Enrique Dussel como 1492 el encubrimiento del Otro: hacia el origen de mito de la Modernidad (Dussel, 1994) y Sistema Mundo y “Transmodernidad” (Dussel, 2004):

Ese más allá (trans) indica el punto de arranque desde la exterioridad de la modernidad, desde lo que la modernidad excluyó, negó, ignoró como insignificante, sinsentido, bárbaro, no cultural, alteridad opaca por desconocida; evaluada como salvaje, incivilizada, subdesarrollada, inferior, mero despotismo oriental, modo de producción asiático, etc. Diversos nombres puestos a lo no humano, a lo irrecuperable, a lo sin historia, a lo que se extinguirá ante el avance arrollador de la “civilización” occidental que se globaliza (Dussel, 2004, p. 222).

 

Con lo que transepistemes va a salvaguardar lo negado en lo que se desconoce de los seres humanos, lo que se ha reducido; lo que la modernidad con las ciencias y el conocimiento científico execró; lo que denegó como conocimiento y de las civilizaciones ocultadas con su excelsa producciones de epistemes que siguen negándose y considerándose inferiores; en la obra titulada “Transepistemes de la decolonialidad planetaria en las Sagradas Escrituras: justicia transmetódica”, “[…] transepistemes, trans más allá, denotamos conocimientos-saberes más allá de lo que se conoce de la decolonialidad con rezagos modernistas-postmodernistas, los transepistemes a analizar se anidan en lo planetario, la complejidad y la Biblia” (Rodríguez, 2023a, p. 4).

Alerta para desmitificar la Biblia y Dios de las religiones opresivas no estamos defendiendo religiones; al contrario, nos distanciamos de su eje de poder y aceptamos nuestra creación y la dependencia de Dios, ello abre un espectro de comprensión y sabiduría en una praxis de amor y eticidad por la humanidad, de solidaridad y respeto por todos. Debo decir que pese a que la Biblia es el libro más traducido y más vendido en la historia de la humanidad se confunde su contenido, que es la Sagrada Palabra de Dios, con un libro religioso, pero no lo es; es el texto más profundo y científico que tiene contenidos de medicina, biología, matemáticas, historia, física, astronomía, entre otras. Además de una sabiduría única que provee en la interpretación el Espíritu Santo que es Dios con nosotros. Es el único libro manual de vivir y convivencia del ser humano, dada por nuestro creador directamente. Y las predicciones exactas que se cumplen en el planeta. Es de reflexionar que en la cotidianidad, si acepta que un artefacto debe ser instalado y seguido el manual de su fabricante para su correcto uso y duración, ¿Por qué no aceptas que los seres humanos tenemos instrucciones de cómo vivir en obediencia, dadas por nuestro único creador Dios amado y que no conviene violarlas?

Pero la concepción de lo que transepistemes significa que no sólo va a salvaguardar de los seres humanos, sino que para ello debe deconstruir lo que la misma significancia de epistemes de los seres humanos lo imbrico en la transcendencia de su historia en un planeta que ha llevado toda su constitución al despeñadero: crisis en todo sentido, incivilización, destrucción de la naturaleza, entre tantas. Denotamos que las Sagradas Escrituras lo afirman: “[…] quien es sabio, que entienda estas cosas; {quien} es prudente, que las comprenda. Porque rectos son los caminos del SEÑOR, y los justos andarán por ellos; pero los transgresores tropezarán en ellos” (Oseas 14: 9). La investigadora no se ubica en el grupo que transgrede a Dios; si en la obediencia a su Sagrada Palabra, pero si transgrede la dominación y oscuridad que no incurre a la salvaguarda de la vida en el planeta. Que ataca la vida, su naturaleza.

En la obra “Transepistemes de la concepción compleja del ser humano: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios”, emitimos que “[…] la imbricada unión: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios; denota una cualidad sentipensante de la concepción del ser humano que lo hace privilegiado de los demás animales” (Rodríguez, 2022, p. 157). Sentipensar que no forma parte de los epistemes tradicionalistas modernistas-postmodernistas-coloniales de los seres humanos; sino que categorías como ellas habrá que conseguirlas en la decolonialidad planetaria-complejidad que pretendo explicitar en lo que viene; proyecto donde es posible conseguir y respetar los transepistemes para pensar los seres humanos y salvaguardarlos.

El sentipensar de los sujetos investigadores su fe es prohibitiva en sus propias investigaciones no conviene a la dominancia de la ciencia que se ha creído Dios (Rodríguez, 2023b), así en la decolonialidad planetaria el investigador Santiago Castro-Gómez utiliza la metáfora teológica del Deus Absconditus:

La ciencia moderna pretende ubicarse en el punto cero de observación para ser como Dios, pero no logra observar como Dios. Por eso hablamos de la hybris, del pecado de la desmesura. Cuando los mortales quieren ser como los dioses, pero sin tener capacidad de serlo, incurren en el pecado de la hybris, y esto es, más o menos, lo que ocurre con la ciencia occidental de la modernidad. De hecho, la hybris es el gran pecado de Occidente: pretender hacerse un punto de vista sobre todos los demás puntos de vista, pero sin que de ese punto de vista pueda tenerse un punto de vista (Castro-Gómez, 2007, p. 83).

 

Urge, debemos tener presente que toda acción inhumana amaestrada a intencionalidades coloniales, por más que parezcan liberadoras o en contra del capitalismo o liberalismo, siempre van a denigrar y ocultar; es más atentar contra los transepistemes del ser humano. Es de clarificar: ¿Qué es la decolonialidad planetaria en las líneas que sustentan la pesquisa? La decolonialidad es una palabra peligrosa actualmente, pues procesos de aparente liberación de la opresión planetaria, que parecieran tiene salidas a la crisis de la colonialidad más bien la reafirma con nuevos instrumentos opresivos del ser humano. En la obra titulada “Transepistemes devinientes de las rupturas asignificantes: decolonialidad planetaria-complejidad”, sabemos que “[…] los transepistemes decoloniales planetarios – complejos van desmitificando des-ligando las epistemes fijas con pretendidas y vendidas aseveraciones hacia el colonizador” (Rodríguez, 2023c, p. 100).

Quiero precisar con el investigador de la decolonialidad Walter Mignolo los hechos acecidos en las falsas decolonialidades en el planeta ya han dado cuenta, por eso expresa Walter Mignolo que la decolonialidad “[…] ya no es izquierda, sino otra cosa: es desprendimiento de la episteme política moderna, articulada como derecha, centro e izquierda; es apertura hacia otra cosa, en marcha, buscándose en la diferencia” (Mignolo, 2008, p. 255). No es socialismo disfrazado de comunismo, no es castrismo, ni chavismo que es una herencia comunista-castrista, ni jamás nazismo; ninguna tendencia ateísta de la vida. La decolonialidad planetaria no se ha dado en algún proyecto con diferentes objetivos liberadores, pero se soslaya de alguna manera, se oprime; ninguno de esos propósitos puede designar lo decolonial planetario.

En la opresión colonial, el sistema de religión que apoya la denigración del ser humano atiborra las epistemes de sus concepciones a la obediencia de su sistema colonial. Es así como, el ser humano se deshumaniza en la tendencia filosófica del humanismo, con ello socialismo, comunismo, castrismo, nazismo; ahora posthumanismo con el avance de las tecnologías y la inteligencia artificial se pareciera dar fruto al emergen de un sólo sistema de dominancia de la humanidad. Lamentablemente algunos portadores del proyecto decolonial en muchas de sus concepciones se ha unido al ateísmo, al marxismo con Karl Mark; y se relaciona liberación, decolonialidad en sistemas que han atentado contra la vida del ser humano; en donde su humanidad ha sido enajenada.

En tanto, muchos sistemas atomizando la reforma del pensamiento a menos que la nada en el discernir, y se lleva a la denigración de la vida. Y su batuta de categorización y ejercicio de gobiernos falsamente decoloniales se sustentan en grandes filósofos de la liberación, de la educación liberadora; cuando estos investigadores, muchos de ellos son cristianos y llevan la dignidad del ser humano a su primeriza praxis; tal cual Paulo Freire como legado. Para sustentar sus falsas intenciones de populismo, y paternalismo que llega a fascismo se implanta el odio al sistema capitalista, con ello lo establecen erradamente como aversión al capital, y que el estado se encarga de su pueblo y jamás los abandona; en un paternalismo falso. Los unen y le van transformando su identidad para darles la bandera del sistema de turno y que vayan detrás del sistema como si fuera la salvación ultima; lo que es contrario al plan de Dios como relación y superación del ser humano con el trabajo, la formación, la libertad de elegir y de conformarse; y no de veneración a sistemas que al fin y al cabo son opresivos. “En la colonialidad las comunidades son ideologizada con paliativos a sus necesidades para ser usados a favor del proyecto colonial” (Rodríguez, 2023a, p. 17)

La decolonialidad planetaria propende la liberación del planeta y promueve que Jesucristo es el libertador, liberador de la humanidad; al ser humano aceptarlo como Hijo de Dios, Salvador y Señor; en ese sentido la decolonialidad planetaria deconstruye el uso de la figura de Dios nuestro creador como opresión de las religiones, en la que el humanismo trata y denigra de la religión, pero impone el ateísmo erradamente. Pero que en estos transepistemes de los seres humanos en la decolonialidad planetaria vamos más allá; aceptamos nuestra naturaleza compleja: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu (Rodríguez, 2022).

Con ello, la decolonialidad planetaria, en la concepciones de la autora, reconoce que el sistema capitalista ha caducado, su globalización y el proyecto colonial de la modernidad – postmodernidad; la colonialidad global con todas las acciones e imposiciones anti-natura de la vida, la violación en todo sentido de las concepciones complejas del ser humano; y se desembaraza de las falsas decolonialidades y promueve la reforma del pensamiento que acepte la complejidad del ser humano, y en base a ello ejerza su liberación partiendo de la liberación ya dada por Dios. Pero que los sistemas denigran de la dirección de Dios con nosotros para embarcar al ser humano en la obediencia al sistema. En la obra: decolonialidad planetaria pensamiento complejo en el des-ligaje de la colonialidad de la filosofía, tenemos que:

La decolonialidad planetaria-complejidad en su comprensión cabal me permite el pensar en una filosofía fuera de las maneras de filosofar occidental u oriental, del Norte; y las constituciones de filosofías nuestras avocadas a las inclusiones de ellas. La decolonialidad planetaria, con ese apellido de la tierra va por la inclusión en todo sentido, y no comete el error de Occidente y el Norte de dejar y considerar saberes menores o no legalizados los del sur global (Rodríguez, 2023b, p. 14).

 

En medio de todas estas concepciones en la pesquisa cumplimos con el objetivo de investigación a sustentar transepistemes para pensar lo humano en la decolonialidad planetaria-complejidad. Lo hicimos en medio de transmetodologías maravillosas que vamos a explicitar en lo que sigue, que vienen sumergiendo pesquisas en las líneas de investigaciones tituladas: decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje; transmetodologías complejas y los transmétodos decoloniales planetarios-complejos, donde se ubica la presente.

 

1 Transmetodología. La complejidad y deconstrucción rizomática

Como los epistemes, el conocer de los seres humanos, sus conocimientos, han devenido de procesos reduccionistas, métodos atomizantes de su complejidad; si queremos conseguir transepistemes ir a la salvaguarda de lo excluido de las concepciones del ser humano debemos hacerlo con transmétodos, en el proyecto decolonial planetario-complejo. ¿Qué son los transmétodos decoloniales planetario-complejo? La creadora de estos en una entrevista le pregunta el entrevistador Andrés Velásquez Gutiérrez y ella responde: los transmétodos tienen esencia decolonial planetaria y complejidad, van construyendo entramados para ir del pensamiento disyuntivo y reductor al pensamiento complejo en las investigaciones decoloniales, complejas y transdisciplinares; una alternativa para complejizar métodos enraizados en la tarea de construir el conocimiento y que precisan corregir señalamientos sobre sus alcances y sus posibilidades (Velásquez, 2022).

La connotación de trans, volviendo sobre ello, prefijo lamentablemente tan usado en la violación de la naturaleza de la vida, con su verdadera esencia decolonial pensada para recobrar y respetar la complejidad de la naturaleza de la vida en las investigaciones (Rodríguez, 2023c). En la concepción de los transmétodos la quiero explicar de acuerdo Enrique Dussel la cita anterior (Dussel, 2004, p. 222). Voy a desglosar dicha cita, cuando Enrique Dussel afirma que ese “[…] más allá (trans) indica el punto de arranque desde la exterioridad de la modernidad” (Dussel, 2004, p. 222); entonces los “[…] transmétodos van justamente más allá de las investigaciones modernistas-postmodernistas-coloniales; son el punto de arranque para develar la exterioridad de los métodos. Pero sin darle un barrido” (Rodríguez, 2023c, p. 387).

Siguiendo con la misma cita, compenetrándonos con las consecuencias de la colonialidad Enrique Dussel, desde lo que explica “[…] lo que la modernidad excluyó, negó, ignoró como insignificante, sinsentido, bárbaro, no cultural, alteridad opaca por desconocida; evaluada como salvaje, incivilizada, subdesarrollada, inferior, mero despotismo oriental, modo de producción asiático” (Dussel, 2004, p. 222); así la comparativa los transmétodos van más allá de la exclusión de los saberes olvidados y ocultados de las civilizaciones denominadas bárbaras y denigradas de la historia de la humanidad; los transmétodos reivindican siendo profundamente inclusivos, lo soterrado y con ello al sujeto investigador también; queda caducada la objetividad tan objetiva, que jamás existió y fue un cuenco de mendigo hondamente vacío la exigencia de los métodos coloniales en todo sentido. He allí las derivaciones en la tierra patria (Rodríguez, 2023c).

También con la comparativo del trans en Enrique Dussel y los transmétodos lo que la modernidad - posmodernidad denota “[…] a lo no humano, a lo irrecuperable, a lo sin historia, a lo que se extinguirá ante el avance arrollador de la ‘civilización’ occidental que se globaliza” (Dussel, 2004, p. 222); los transmétodos recobran el sentido del respeto a la naturaleza de la vida, a la vuelta en igual grado de importancia a los saberes legos, cotidianos, ancestrales; entre otros complejos en general; y de sus portadores junto a todos los dignificados ahora del sur global (Rodríguez, 2023c).

El transmétodo usado en esta pesquisa es la deconstrucción rizomática (Rodríguez, 2019a). La deconstrucción como transmétodo de análisis y como modo crítico y particular de pensar, es libre al máximo, anti-dogmática, no tiene ninguna transmetodología fija, su objetivo es debilitar el pensamiento filosófico occidental en este caso de las concepciones reduccionistas de los seres humanos, destruir las concepciones colonizantes en todas sus formas y significados (Rodríguez, 2019a). En esencia sacaremos a la luz la crisis de dichas concepciones y reconstruiremos en transepistemes en la decolonialidad planetaria-complejidad.

La construcción de transepistemes en la decolonialidad planetaria son entramados complejos y transdisciplinares que “[…] llevan consigo excelencias Morinianas en el centenario del nacimiento de Edgar Morín, como lo son: ciudadanía planetaria, ecosofía, antropolítica, tierra-patria; entre otras. Develando las potencialidades de las comunidades execradas y colonizadas bajo la inclusión como bandera de la investigación” (Rodríguez, 2021, p. 1348).

En lo que sigue vamos a seguir con la deconstrucción de la crisis de los epistemes de los seres humanos, como continuación del transmétodo que se entrama en rizomas, estructuras acéntricas, que se rupturan en cualquier instante del discurso para devenir la inclusión de los transepistemes de lo humano. Lo rizomático es en principio, que es complejo y profundamente rupturante como su esencia, un hacer que implica,

Poner in locis, en zonas e in focus/focorum, en el foco o focos, en la crisis de los epistemes tradicionales de lo humano vamos delimitando un fragmento de una totalidad compleja, diversa e inabarcable que se ha de investigar; conduciendo la atención hacia un recorrido que posibilita el estudio sistemático y no jerárquico, de ciertos procedimientos para la evidencia del problema en razón (Guic, 2019, p. 66).

 

Se trata de pensar los seres humanos dentro de la creación como parte de la crisis planetaria cuando es desvirtuada de su naturaleza; eso es hacer rizoma y no raíz, trazar la línea y no pararse a recapitular (Deleuze; Guattari, 2004). Por eso, verán respetados lectores que no se separa el discurso, que volvemos reiteradamente en medio, al comienzo y entre el. Y que al final seguimos rupturando los transepistemes de lo humano para seguir en el devenir; en que jamás será definitivo ni impositivo.

Sigamos inspeccionando la crisis de los epistemes a la luz metacognitiva profunda de la decolonialidad planetaria-complejidad, con las Sagradas Escrituras como sabiduría.

 

2 Deconstrucción. Los epistemes de los seres humanos secuestrados en la colonialidad y el reduccionismo

Como sabemos que el transmétodo, la deconstrucción como transmétodo, forma entramados rizomáticos con un movimiento de transformación, cultural y social; que va más allá de un método que denigro y redujo el ser humano al cuerpo y la mente; alertamos que hablar de naturaleza, alma, espíritu y Dios como parte de su constitución sigue siendo un estudio de una alta cientificidad que es crítica y reconstructora, develando el oscurantismos moderno-posmoderno-colonial imbricado en las escuetas concepciones o epistemes de lo humano. El discurso va en consonancia con la intervención, interviene en un discurso para desestabilizarlo desde aquello que no se evidencia, o que se solapo o redujo a meras variables al ser humano (Rodríguez, 2019a).

Pero, ¿por qué los epistemes de los seres humanos en la postmodernidad siguen siendo escuetos y reducidos, colonizados? bueno porque de la misma manera que la modernidad como proyecto colonial, “[…] la postmodernidad no es más que la inclusión del otro en lo mismo (en el sistema antiguo)” (Dussel, 2004, p. 220). O sea, el ser humano sigue definiéndose, en ese el cono de la modernidad, al estilo Dulseniano lo comento, en base al proyecto opresivo que trastoca y transforma lo humano de su naturaleza de creación, como hizo el humanismo. En ello, jamás se podría pensar en la creación del ser humano, “[…] y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra” (Génesis 1: 26).

El ser humano se diferencia de los animales irracionales, en tanto es un ser de discernimiento, el discernimiento como sujeto político en la decolonialidad planetaria – complejidad (Rodríguez, 2023d) que permite conocer en profundidad al ser humano. En el que la decisión por las mejores expectativas que respeten su vida; es una condición inherente de lo humano, pero estar al corriente que “[…] el sujeto fragmentado, reduccionista, que aloja la razón sólo en la mente; que niega su concepción compleja sin duda no ha tenido un correcto discernimiento” (Rodríguez, 2023e, p. 3). En ello, podemos pensar que ese sujeto fragmentado de la naturaleza, del alma, su espíritu y Dios es formado como máquina para responder desde el cuerpo y la mente, educado para competir; incomprendido en su sentipensar; enajenado de su cultura y cotidianidad y vaciado como títere una cantidad de adquisiciones necesarias para servir al proyecto de dominancia que va mutándose a lo largo de la humanidad.

Asi, la complejidad del ser humano, “[…] la imbricada unión: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios; denota una cualidad sentipensante de la concepción del ser humano que lo hace privilegiado de los demás animales” (Rodríguez, 2022, p. 157). Pero en las concepciones, epistemes de su misma condición humana es prohibitiva el sentipensar, la provocación de su razonar para definirse así mismo es desde la mente. Así manifestaciones no comprendidas fueras de ellas son obviadas y quedan en la condenación prohibitiva; en la que Dios de ser tomado en cuenta se remite a una religión que es invención del ser humano; o a una condenación de su espíritu que debe enajenarlo de la propia creación del conocimiento de su ser; en ambos casos es errada la concepción de Dios como creador. Por ello, en esta pesquisa,

Dejamos evidenciado que la definición de ser humano que estaremos discerniendo es la relación de seis (6) entramados que no se desunen: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios (…) Liberamos a la concepción de Dios desde una visión compleja, cristiana evangeliza, aceptando que Jesucristo murió como hombre por todos nosotros. Vamos con la concepción Panikarniana en el discurso, la de Raimon Panikkar que pone en escena con la intuición cosmoteándrica del ser humano (Rodríguez, 2023e, p. 2).

 

Es de hacer notar que el ser humano se siente arrancado de la naturaleza, de Dios, parcelado en cuerpo y mente, ya hemos estudiado que de “[…] la esencia compasiva como otro eje transepistémico que transgrede atacarnos a nosotros mismos en tanto al sentirnos naturaleza esa esencia la defendemos de nuestras propias demencias” (Rodríguez, 2022, p. 171). Dios nos crea una vez la naturaleza, la tierra es acomodada para vivir y alimentarnos de ella, obedeciendo al creador; en ello hemos visto un ataque a la naturaleza promovida por la misma educación escueta; reduccionista que educa para la competencia; y se aprende a matar por competir. El humanismo como tendencia filosófica ha hecho mucho daño al ser, su condición compleja. Junto al colonialismo ha denigrado la vida, hasta el punto de que la tierra perece con todos.

En la obra titulada Humanismo crítico y espectralidad. Notas a partir de dos textos de Aimé Césaire, muy bien explicado, Alejandro De Oto afirma que la “[…] verdad del colonialismo es mucho más dura, descarnada y cruel. Pero es un acto consciente, porque ya se sabe, y si bien no se puede esperar a partir de esto una política emancipatoria, la legitimidad del imperio y sus valores queda en entredicho” (De Oto, 2014, p. 41). Mientras que de la natura de Dios como creador deberíamos comportarnos con la solidaridad que nos dignifican como seres piadosos, misericordiosos como la vida ejemplar que nos dio Jesucristo en la tierra: “[…] un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros” (Juan 13, 34). Todo ello se ha propagado en una inhumanidad que nos lleva, desde la forma de vida irracional a comportarnos como inhumanos. En la bondad que heredamos de nuestro Padre,

El amor está arraigado en nuestro ser corporal y, en este sentido, se puede decir que el amor precede a la palabra. Pero el amor está al mismo tiempo arraigado en nuestro ser mental, en nuestro mito, lo que evidentemente supone el lenguaje, y se puede decir que el amor procede de la palabra. El amor a la vez procede de la palabra y precede a la palabra (Morín, 1998, p. 2).

 

De todo ello, está lleno el ser humano, en su naturaleza humana; y somos seres comunicativos, nuestro lenguaje, la manera de vivir en convivencia forma parte de nuestra creación. Pero atención, separado del espíritu nada somos, impregnados del mucho, de sus afanes, “[…] no hay compasión sin una espiritualidad liberadora. La espiritualidad es una de las dimensiones fundamentales del ser humano, que constituye el alimento de la compasión; una espiritualidad que nos libere del miedo, del odio, del egoísmo, de la prepotencia” (Tamayo, 2020, p. 99). Desde el pecado por la desobediencia en Adán y Eva, pasando por las crisis de los fundamentos del ser humano, luego el humanismo, la colonización, la colonialidad y la colonialidad global, estas tres últimas con las invasiones en masacres de nuestros aborígenes, donde “[…] el mito bárbaro de la conquista de la naturaleza, lejos de humanizar la naturaleza, la instrumentaliza y degrada a su degradador” (Morín, 2002, p. 495).

Pero el comportamiento del ser humano, la manera como se conciben sus epistemes reduccionistas en muchísimas ocasiones estamos separados de nuestra humanidad; estamos diciendo que existe una “potencialidad no-incluida” (Dussel, 2001, p. 387) en la modernidad occidental que procede de experiencias, saberes y prácticas que han sido en algún momento excluidas de las concepciones de lo humano. Acciones inhumanas, en un ser educado como no humano, desprovisto de su humanidad, encarrilado de tal manera que se incita a pensar en la desesperación, en tanto quienes no tenga la fe de la salvación de Jesucristo “¡Sálvese quien pueda! Es el pensar del que, sin tener a Dios en su sentir, con Él y en el mundo se siente desprotegido del sistema y arrancado de la vida en el planeta” (Rodríguez; Mirabal, 2020, p. 295).

Seguimos en la reconstrucción dando un viraje a los epistemes de los seres humanos para pensar en el ser en la decolonialidad planetaria-complejidad.

 

4 Reconstrucción. Transepistemes para pensar los seres humanos en la decolonialidad planetaria-complejidad

La deconstrucción como transmétodo va al desmantelamiento de las epistemologías coloniales, a la construcción de transepistemologías, como apertura de nuevos espacios que permitan a los sujetos subalternos encubiertos articular sus propias formas de conocimiento, los soterrados, desvalorizados u olvidadas (Rodríguez, 2019a). Partimos que el ser humano es creación de Dios (Génesis, 1: 8); es esté el transepisteme raíz de todos los demás, fundamento y verdad, la verdad es Dios. “Si el hombre está formado por espíritu, alma y cuerpo, πνεῠμα, ψυχή,σωμα (1 Tesalonicenses 5: 23), no es solamente un animal evolucionado sino que encierra dentro de sí una scintilla, un espíritu, un algo –y es todo lo que lo vuelve divinizable de manera distinta al resto de los seres” (Panikkar, 1999, p. 99).

Es de aclarar, que para nosotros todos los decoloniales planetario-complejos, proyecto donde se ubica la pesquisa; los denigrados de la vida, los colonizados, las víctimas de la colonialidad global, pero también los opresores; así como los que se mantienen en pecado sin arrepentimiento, en desobediencia a Dios y sus normativas de vida establecidos en la Sagradas Escrituras, todo son sujetos subalternos que violan la naturaleza de la creación o le son violados dicha naturaleza. Proceso que se engloba en tanto pareciera que en la colonialidad global las víctimas son sólo los encubiertos de la modernidad-postmodernidad-colonialidad; si desde luego, pero también son las víctimas de sí mismos, los que dirijan el proyecto de colonialidad global enclavado con el transhumanismo.

Debemos tener presente que toda acción humana amaestrada a intencionalidades coloniales viola la naturaleza de la creación, oprime y denigra al ser humano al separarlo de la naturaleza, del alma, del espíritu, de Dios. ¿Tenemos que seguir siendo conformista aceptado al mal, el hombre macabro en contra de sí mismo? Desde luego no, eso no es parte de nuestra esencia, aunque amamos al pecador por mandato de Dios, “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está aún en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz y no hay causa de tropiezo en él. Pero el que aborrece a su hermano, está en tinieblas y anda en tinieblas, y no sabe adónde va, porque las tinieblas han segado sus ojos” (1 Juan 2: 9-11). Y en la educación debemos ser educadores transformadores de la realidad que nos oprime:

A mi entender, “ser” en el mundo significa transformar y retransformar el mundo, y no adaptarse a él. Es indudable que, como seres humanos, nuestra principal responsabilidad es intervenir en la realidad y mantener viva la esperanza. En tanto educadores progresistas, debemos comprometernos con esa responsabilidad. Tenemos que esforzarnos para crear un contexto que permita a las personas cuestionar las percepciones fatalistas de las circunstancias en que se encuentran, de modo tal que todos podamos cumplir nuestro papel como participantes activos en la historia (Freire, 2016, p. 44).

 

Así mismo, “[…] la diversidad de transepistemes está cargado de sentires de todas las civilizaciones en una hermandad y comunión que presenta a la salvaguarda de la Tierra” (Rodríguez, 2023f, p. 225). Por eso, pensar en el ser humano como naturaleza no debería tener sorpresa, y debería ser respetado; vean que la palabra humano es de origen latín humanus, formada por humus que significa tierra, y el sufijo anus indica procedencia de algo, en virtud que el primer humano fue hecho con arcilla, tierra, o lodo; “[…] entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2: 7). Al soplar del aliento, esto es el Espíritu Santo desde luego de Dios, le da vida y conforma lo humano como un ser viviente. Así, las diadas: naturaleza-ser humano-Dios son uno, y es uno de los transepistemes para pensar lo humano.

Nótese un detalle, que es de excelencia en lo humano, se ha comprobado desde las ciencias que un tipo de arcilla posee una serie de compuestos minerales tales como el silicio, el oxígeno y el aluminio, sustancias que son conocidas como hidrogel derivada de las profundidades desde la antigüedad de los mares. “Cualquier persona que estudia medicina, se da cuenta que cuando estudia los componentes del cuerpo humano, este tiene 28 componentes minerales que se encuentran en la tierra, lo que afirma categóricamente que el hombre fue hecho de barro” (De Ugarte, 2018, p. 87). Pero lo que la ciencia descubre siglos después, ya en el Antiguo Testamento en su primer libro Génesis, escrito hace aproximadamente 1491 y 1450 a. C Dios lo dijo a Moisés quien escribe el libro. Aunque esta noticia está en muchas páginas de la web, hemos indagado directamente en las palabras del Dr. Dan Luo, cuando se le pregunta:  

¿Cómo una siempre arcilla puede dar vida? Las arcillas contienen compuestos minerales como aluminio, oxígeno y silicio, que en las profundidades de los mares dieron lugar a una sustancia llamada “hidrogel”. Esta sustancia está compuesta por polímeros (el almidón, la celulosa, y el ADN son ejemplos de polímeros naturales) [...] explica el profesor de ingeniería ambiental y Biológica de la Universidad de Cornell, Dao Lou (De Ugarte, 2018, p. 87).

 

La sabiduría del Espíritu Santo podemos ir comprendiendo como un discurso deconstructivo como transmétodo decoloniza y puede estar cargado de una sátira que provoca el discernimiento, sabemos que si hacemos una figura de barro y soplamos nuestro aliento no le da vida; el aliento de Dios, su propio Espíritu le dio vida a Adán, el primer ser humano, de manera que ya la caducada idea que la humanidad ha evolucionado del mono es una locura sobre toda idea, que luego juntada con las de la tendencia humanista equivocan el camino para conceptualizar lo humano, y por año estas iniquidades se enseñaron en las instituciones educativa con gran fervor; y se sigue haciendo en algunas; siendo derrotada con el descubrimiento del ADN. “¡Que privilegio enorme es que ‘somos a imagen del creador!’ ¡Cuán insulto y afrenta a Dios es decir que ‘descendemos del mono!’” (De Ugarte, 2018, p. 87).

Nótese que la ciencia engloba al ser humano en el grupo de animales que se distingue como homo sapiens, el hombre sabio, es una expresión latina, y pertenecen a la familia hominidae, homínidos, pero el pecado, la desobediencia a Dios, nuestra raíz, nuestro fundamento nos han llevado también al homo demens, por eso Edgar Morín prefiere hablar del homo complexus, “Si homo es a la vez sapiens y demens, afectivo, lúdico, imaginario, poético, prosaico, si es un animal histérico, poseído por sus sueños y sin embargo capaz de objetividad, de cálculo, de racionalidad, es que es homo complexus” (Morín, 2003, p. 158). Y si estoy de acuerdo que el ser humano separado de Dios es un ser muchas veces demente, malo, de bajas pasiones; pero realmente esa no es su naturaleza de creación. Ya que, “[…] creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Y Dios es amor, y siempre amor, por eso “[…] alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia” (Salmos 136:1).

Dios creo al ser humano, entonces piensa: ¿Qué humano por más que avance en las ciencias y la tecnología podrá transformar, redimir al ser humano? ¡Quién más que Dios, nuestro sintetizador y sostén, para perfeccionar al ser humano y volverlo a su naturaleza a imagen y semejanza de su Hijo Jesucristo!, le solicitamos Padre amado: “¡Restáuranos, Dios nuestro! ¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!” (Salmos 80: 3). ¿Creen ustedes que tendencias de la colonialidad global como posthumanismo, transhumanismo, con la ayuda de la inteligencia artificial puede transformar al ser humano?

Satanás, el reino de las tinieblas, alteró el comportamiento del ser humano, y lo hace creer poderoso hasta creerse dueño de la creación de Dios y se adueña de la voluntad de quienes quieren destruir la naturaleza de la creación; pero ya fue vencido en la cruz por Jesucristo, Dios con nosotros. Recordemos la Tentación de Jesús en sus 40 días de ayuno:

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios (Marcos 4:1, 5, 6, 7).

 

Por eso, no olvidemos que estamos recobrando a Dios nuestro creador como relación y no como religión, que rechazamos las religiones todas, que son opresivas y denigran del Dios verdadero, también ya hemos dicho en el primer rizoma que “[…] los transepistemes a analizar se anidan en lo planetario, la complejidad y la Biblia” (Rodríguez, 2023a, p. 4). En tal sentido, lo planetario se salvaguarda con lo humano en la decolonialidad planetaria que se sustenta también en sabiduría de Dios desde la Biblia, las acciones para salvaguardar la naturaleza de la vida en la decolonialidad planetaria-complejidad llevan el expedito ejercicio educativo de reconstruir las concepciones del ser humano.

En tanto el alma, en el hebreo de néfesch, criatura que respira, y el griego psykjé, ser vivo, persona, individuo. Por tanto, puede decirse que el alma se refiere al propio ser, a la criatura o la persona en su totalidad “[…] el hombre llegó a ser alma viviente” (Génesis 2: 7); el alma no a algo que tengamos como añadido sino como esencia del ser; pero que cuando no la tenemos es porque el cuerpo ha muerto. Alma tantas veces negada imbricada en el ser humano, exclusiva del ser humano, que se distingue claramente de los animales irracionales contiene la conciencia, las emociones, el sentir que se aloja en la sangre; si, en la sangre que está en todo el cuerpo físico y se produce la primera en la medula de los huesos. “No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). ¿Desde las ciencias que es el alma? ¿Creen que el alma pudo venir del barro, de la arcilla, o del soplo de vida el aliento de Dios, o llegó Adán a ser un alma, o sea una persona?

El científico Stuart Hameroff, emérito en el Departamento de Anestesiología y Psicología, y Directivo del Centro de Estudios de Conciencia de la Universidad de Arizona, en la ciudad de Tucson, EEUU, con el premio Nobel de Física en el año 2020 Sir Roger Penrose, físico matemático en la Universidad de Oxford, Reino Unido, autores de la teoría Orch-OR, reducción objetiva orquestada de la conciencia, han estado trabajado gracias a la física cuántica, la mecánica y la matemática fractálica, en una Teoría cuántica de la Conciencia, ¿Qué sucede cuando el cuerpo muere? Responden dichos científicos: el corazón deja de latir, la sangre deja de circular, los microtúbulos pierden su estado cuántico; pero la información cuántica en los microtúbulos no se destruye; no puede ser destruida; simplemente se distribuye y se disipa por el universo; es probable que esta información cuántica existiera fuera del cuerpo indefinidamente, como un alma (Hameroff; Penrose, 2000, 2014). Los microtúbulos son las unidades más pequeñas del citoesqueleto, intervienen como canales para la transmisión de información cuántica garante de la consciencia. El citoesqueleto es un tejido de filamentos que forma parte del citoplasma.

El alma es un especial transepisteme para pensar los seres humanos; es la batalla de Satanás con adueñarse del alma, no del espíritu porque de Dios vino y la morir el cuerpo a Dios regresa; y allí dice Dios que el alma puede perderse, no porque se destruya sino porque al desobedecer “[…] aquella alma será ‘cortada’, o ‘tajada’” (Éxodo 12:15, 19; 31:14). De la misma manera habla del alma que peque, es decir del ser humano que desobedezca, no olvidemos que en la palabra hebrea para alma néfesch se usa como una expresión paralela de vida; “[…] el alma que peque, ésa morirá” (Ezequiel 18: 4, 20). Ha pasado que en la humanidad el alma es débil, las bajas pasiones, los deseos de la carne, todo ello en la desobediencia puede hacer que al morir el alma sea tomada por Satanás de la misma manera que muchos en la tierra se la entregan para satisfacer sus deseos inicuos.

Por otro lado, nos interrogamos a la luz de la complejidad: ¿por qué las intencionalidades de la colonialidad global olvidan los resultados de las ciencias para imbricar al ser humano en un viaje de desventura y perdición de alteración de su cuerpo y el domino? El fin es dominar, oprimir, seleccionar quienes son dignos de esos supuestos avances, es el exterminio de la humanidad. Allí se soslayan esencias humanas de primeriza importancia: respeto, solidaridad, amor por la vida y la creación en general. Pero, el ser humano es un sujeto político por su propia naturaleza; es uno de los transepistemes para pensar los seres humanos, “[…] el sujeto político de la decolonialidad planetaria es un ser humano ante todo humano en sus acciones, desarrollado metacognitivamente profundo en su discernir que le lleva a la consideración de su condición humana y propende el respeto a ella en todo el planeta tierra” (Rodríguez, 2023e, p. 14).

Todo lo contrario, en accionar al respeto, solidaridad, amor por la vida, no es de lo humano como creación, aunque lo practican los humanos, los que se aman mueren por amor y matan por antojo; comportamientos irracionales que ni los animales tienen. Y sabemos que “[…] en la diversidad transepistémicas se entrelazan rizomáticamente y se provocan rupturas que claman por la diversidad de maneras de conocer y pensarse en nuestra historia de vida, de comunidad, de planeta” (Rodríguez, 2023f, p. 227). En ello, es importante clarificar que los transepistemes del ser humano, de lo humano no pueden separase, los listamos al parecer, pero no los dividimos, los entrelazamos para ir tejiendo la madeja de la creación; que jamás llegaremos a conocer en su totalidad; pero que desde las Sagradas Escrituras con la sabiduría del Espíritu Santo podemos ir comprendiendo.

Seguimos con algunas conclusiones inconclusas ante la grandeza de creación: el ser humano, coheredero con Jesucristo.

 

Conclusiones inconclusas. Seguimos en los transepistemes para pensar lo humano en la decolonialidad planetaria-complejidad

En medio de todas estas concepciones en la pesquisa hemos cumplido con el objetivo de investigación de sustentar transepistemes para pensar lo humano en la decolonialidad planetaria-complejidad. Sin duda, los transepistemes son complejos, están incompletos y en la medida que profundizamos más en la creación, en la Sagrada Palabra de Dios conseguimos que estemos hecho, en una potencia de Dios que nos dignifica con su hijo Jesucristo con amor y debemos en tal sentido recobrar nuestra naturaleza de creación.

El ser humano ha sido educado en tanto comprenderse es una imposibilidad, pues se le ha tronchado y despejado de su tierra, la naturaleza que lo alimenta, del alma y Dios. Nuestra raíz es alejada en los avatares de la vida y pese a grandes descubrimientos de las ciencias en nuestra dependencia de la naturaleza, siendo almas y espíritus; pese a ello; el proyecto de colonialidad global que dirigen unos pocos afianza su dominio y execra los resultados de grandes científicos en cuanto a nuestro ADN, y demás misticismos que han sido medianamente comprendidos. Pues fuera de nuestro creador Dios amado no tenemos posibilidad de conocernos a profundidad.

Puede parecer inadecuada la comprensión, pero si compramos un artefacto muy sofisticado con una construcción científica y tecnológica de alto nivel y no leemos su manual del constructor sus recomendaciones de uso; podemos estar perdidos para manejar dicho artefacto. Nosotros seres humanos tenemos el manual de Dios: las Sagradas Escrituras; allí hay instrucciones de cómo vivir, que por cierto son científicas, filosóficas, místicas, culturales, de ética y moral; entre tantos que debemos obedecer para vivir adecuadamente sin desprendernos de nuestra raíz: Dios.

Es que somos una complejidad profunda, entramada, en la unidad y al mismo tiempo en la diversidad, pues “[…] cada individuo singular contiene de manera holográmica el todo del cual hace parte y que al mismo tiempo hace parte de él” (Morín, 1999, p. 6). Cada uno está dotado de inteligencia, de dones para vivir con nuestros congéneres en avances y apoyos, somos gregarios. Dios construye a Eva para que Adán no estuviera sólo y divirtieran felices en un paraíso terrenal único; en la cual Dios convivía constantemente son sus dos primeras creaciones en la tierra. La acomoda para que ello ocurriera.

Nosotros, somos los únicos dotados de conciencia que se reformula en la medida que transformamos nuestro pensamiento, nos cobijamos en el poder de Dios, vamos a nuestra raíz. El ser humano es el único que puede reformar su pensamiento con la sabiduría del Espíritu Santo, cualquier otra reforma será temporal, pues el ser siempre vuelve a sus raíces de iniquidad cuando su creador no es quien lo transforma, el ser necesita vaciarse, limpiarse y ello sólo Jesucristo lo puede hacer, la Sagrada Palabra de Dios nos dice que no se coloca vino nuevo en odres viejos, es imperativo el des-ligarse de los viejos vicios opresivos de la colonialidad global, que nos ubica y considera en un trato ínfimo, jamás a la altura de nuestra creación; ¿Qué es des-ligarse entonces? Se trata de desafíos en todos los órdenes que tenesmo al seguir educando y considerando nuestra complejidad, en lo: epistémico, ético, político y humano (Rodríguez, 2019b).

En la exigua y equivocada supuesta evolución del ser humano de los animales, la estocada de las ciencias descubriendo el ADN dejo sentado esa imposibilidad; pero pese a ello la soberbia de no depender de Dios en los que rigen las falsas políticas planetaria olvida que estamos concedidos de “[…] un pensamiento dotado permanentemente de una visión eco-auto-relacional” (Morín, 2001, p. 113). Pero que cada vez que volvemos a nuestra raíz de creación tenemos la posibilidad de enmendar nuestros errores, “[…] ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19: 5-6).

En la construcción de estos rizomas que denotan transepistemes para pensar lo humano, por la esencia rupturante “[…] al finalizar es una planicie como multiplicidad conectable con otras por tallos subterráneos superficiales para formar y extender un rizoma” (Deleuze; Guattari, 2004, p. 52). Aunado a la decolonialidad planetaria-complejidad que no se desune como proyecto que sustenta la pesquisa podemos considerar que apenas comenzamos en las líneas a perfilar transepistemes de lo humano, cuya raíz es Dios y somos como ÉL es.

Debemos decir que en la construcción de los rizomas profundamente rupturantes, los transepistemes de los seres humanos están en constante construcción, jamás son definitivos; la complejidad del ser humano impide que podamos dar por culminados dichos conocimientos. Hemos dado pisos decoloniales – complejos que nos imbrican en un continuo enlace inclusivo, y respetuoso de la naturaleza de la vida, de la creación de Dios. Seguimos entramando en las líneas de indagación.

Volvemos a declarar para quienes creen que hicimos un artículo de religión, que seguimos el opresivo camino de las religiones le ratificamos que no. La iglesia católica y la colonización en 1492 a este lado del planeta tuvieron un papel esencia de opresión e imposición de costumbres y sumisión. El proyecto modernista colonial de invasión al Sur, ya con raíces en Occidente y África, de mal denominada conquista y colonización se realizó con la activa participación de la iglesia católica. “Siguiendo la tradición y la experiencia adquirida durante el proceso de Reconquista, la evangelización del aborigen americano aportó diversos e importantes elementos a la colonización del Nuevo Mundo” (Pérez, 2014, p. 18).

En la obra: La iglesia ante la situación colonial (Freile, 2003) nos confirma que “[…] ninguna sociedad, ninguna cristiandad garantiza el pleno respeto del hombre por el hombre” (Freile, 2003, p. 77). Si nosotros nos separamos de la raíz de nuestro origen no conseguiremos en el ser humano, que no acepte dicha raíz y sea obediente a ella, no conseguiremos conocimiento y respeto alguno por lo humano.

 

Agradecimiento: Pesquisa, como todas las de mi autoría, dedicada a la raíz de los seres humanos, nuestro soplo de vida, nuestro aliento, el Arche prefecto de nuestra creación y andar: Dios amado: Padre-Hijo-Espíritu Santo, y con nuestro Salvador seguimos y dejamos que Él nos dignifique pues: “El Espíritu del Señor esta sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año favorable del Señor” (Lucas 4:18-19).

 

Thinking the human from transepistemes in planetary decoloniality-complejity

Abstract: The epistemes of human beings enter into crisis with their practice. They make evident their inability to have known each other; while its expeditious complexity is: nature-body-mind-soul-spirit-God. As a research objective, we support transepistemes to think about human beings in planetary decoloniality-complexity. The trans prefix inherits concepts from the legacy of Enrique Dussel. We investigate in the midst of wonderful transmethodologies, in the lines of research titled: planetary decoloniality-complexity in re-linkage; complex transmethodologies and planetary-complex decolonial transmethods. With the transmethod of rhizomatic deconstruction we achieve transepistemes such as: human beings are the creation of God, transepisteme the root of all; the spirit comes from the breath of life of the creation given by God to the clay in Adam; the human being is political, gregarious and he can reform his thinking. Insanity, evil, lack of solidarity are not part of creation, but come from sin; which is incited by humanism, transhumanism and the attack on the nature of creation with the support of artificial intelligence.

 

Keywords: Human being. Transepistemes. Decoloniality. Planetary. Complexity.

 

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Recibido: 14/05/2024 – Aprobado: 27/06/2024 – Publicado: 12/08/2024



[1] Universidad de Oriente (UDO), Cumaná – Venezuela. ORCID: http://orcid.org/0000-0002-0311-1705. E-mail: melenamate@hotmail.com.