Revista do Instituto de Políticas Públicas de Marília, v.8, p. 69-82, Edição Especial 2, 2022. 69
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la violencia de género en las universidades en ee. uu”
AindA cArregAndo este fArdo: situAção AtuAl dA violênciA de
gênero nAs universidAdes dos estAdos unidos
“sTill carrying This WeighT: The currenT gender violence
siTuaTion in The uniTed sTaTes’ universiTies
Maria Emília Barbosa
1
RESUMEN: Este artículo ofrece una panorámica de varios casos de violencia de género en
universidades de Estados Unidos, a partir de las denuncias realizadas en 2015 en el documental e
Hunting Ground [El Coto de Caza, en español; A Coutada de caça, em Português] Hasta ahora.
Desde una perspectiva hemisférica feminista y decolonial, cuestiono la emergencia de más casos
de violencia de género, el proceso de denuncia, los procedimientos institucionales, la impunidad
del agresor, la revictimización de las sobrevivientes y el fracaso generalizado de las medidas de
reparación y prevención existentes. Basándome en la teoría de Sara Ahmed en Complaint! (2021),
indico cuáles son los principales impedimentos actuales que observo en el panorama actual de la
violencia de género en las universidades de Estados Unidos y concluyo por la necesidad imperiosa
de reformar el actual sistema. Este análisis incluye referencia expresa a la materialización de las
experiencias de las personas LGBTQIA+ en los espacios académicos, las cuales muchas veces son
ignoradas o invisibilizadas en la literatura especializada. Finalmente, destaco las posibilidades de las
pedagogías del cuidado y de los colectivos de denuncia/queja, y menciono formas alternativas de
prevención de la violencia de género en el campus, como el Teatro para la Justicia Social.
PALABRAS CLAVE: Violencia de género en la universidad, universidades de Estados Unidos,
impunidad, pedagogías del cuidado, colectivos de denuncia/denuncia
ABSTRACT: is article oers a panoramic view of several cases of gender violence in US
universities, starting from the complaints made in 2015 in the documentary lm e Hunting
Ground [El Coto de Caza, in Spanish; A Coutada de Caça, in Portuguese] to the present. From
a feminist and decolonial hemispheric perspective, I question the emergence of more cases of
Doctora en Estudios Hispánicos y Latinoamericanos por la Universidad de Kansas, 2016. Investigadora Aso-
ciada de LIEG desde 2020. Actualmente Profesora Asistente de Estudios Hispánicos y Latinoamericanos en la
Universidad de Ciencia y Tecnología de Missouri en Rolla, Missouri, Estados Unidos.
http://doi.org/10.36311/2447-780X.2022.v8esp2.p69
70 Revista do Instituto de Políticas Públicas de Marília, v.8, p. 69-82, Edição Especial 2, 2022.
BARBOSA, M. E.
gender violence, the complaint process, institutional procedures, impunity for the attacker, the
re-victimization of survivors and the generalized failure of existing reparation and prevention
measures. Based on Sara Ahmed’s theorizing in Complaint! (2021), I indicate what are the main
current impediments that I observe in the current panorama of gender violence in universities
in the United States and conclude for the imperative need to reform the current system. is
analysis includes express reference to the materialization of the experiences of LGBTQIA+ people
in academic spaces, which are often ignored or made invisible in the specialized literature. Finally, I
emphasize the possibilities of care pedagogies and complaint collectives, and I mention alternative
ways of preventing gender violence on campus, such as eater for Social Justice.
KEYWORDS: Gender Violence in the University, Universities in the United States, Impunity,
Pedagogies of Care, Complaint Collectives
RESUMO: Este artigo oferece uma visão panorâmica de vários casos de violência de género nas
universidades dos Estados Unidos, partindo das denúncias feitas em 2015 no lme documental e
Hunting Ground [El Coto de Caza, en español; A Coutada de caça, em Português] até ao presente.
Desde uma perspectiva hemisférica feminista e decolonial, questiono a emergência de mais casos de
violência de género, o processo de denúncia, os trâmites institucionais, a impunidade do atacante,
a re-victimização dos sobrevivientes e o fracasso generalizado das medidas de reparação e prevenção
existentes. Com base nas teorizações de Sara Ahmed em Complaint! (2021), indico quais são os
principais impedimentos correntes que observo na actual panorâmica de violência de género nas
universidades nos Estados Unidos e concluo pela necessidade imperativa de reformar o actual
sistema vigente. Esta análise inclue referência expressa à materialização das experiências de pessoas
LGBTQIA+ nos espaços académicos, as quais, com frequência, são ignoradas ou invisibilizadas
na literatura especializada. Por último, enfatizo as possibilidades das pedagogias do cuidado e dos
colectivos de queixa/reclamação, e menciono formas alternativas de prevenção de violência de género
no campus como com o Teatro para la Justiça Social.
PALAVRAS-CHAVE: Violência de género na universidade, universidades nos Estados Unidos,
impunidade, pedagogias do cuidado, colectivos de queixa/reclamação
INTRODUCCIÓN: LA SAGA DE EMMA SULKOWICZ
En 2014, Emma Sulkowicz, entonces estudiante de la Universidad
de Columbia en Nueva York, fue violada en su dormitorio por un estudiante
de su universidad a quien identicó formalmente en la demanda de queja
presentada ante la misma universidad. Sulkowicz se graduó en Artes Visuales y la
performance Mattress Performance (Carry at Weight)
2
(2014-15) constituyó
su tesis nal. Comienzo este artículo con esta actuación precisamente porque
ilustra grácamente la persistencia de la violencia de género y la discriminación
en las universidades de los Estados Unidos
3
.
 En español, Performance del colchón (Todavía cargando esta carga).
Em Português, Performance do colchão (Ainda Carregando este Fardo).
En el capítulo 7 del libro, e Hunting Ground (2016), intitulado, “e Numbers Dont Lie: e Statistics
of Sexual Assault in College,” las autoras Kirby Dick y Amy Ziering detallan, empezando en 1987, las cifras
aterradoras de los crímenes de violación y asalto en las universidades del país.
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En esta actuación, Sulkowicz juró llevar un colchón como en el que
fue violada en su dormitorio, lo cual pesa alrededor de unos 23 kg por todo el
campus hasta que su violador fuera condenado y expulsado de la universidad.
Cuando eso no sucedió, terminó cargando el colchón hasta su graduación. Su
agresor fue absuelto en una investigación formal realizada por la universidad y,
posteriormente, de cualquier cargo penal ya que la policía se negó a involucrarse
en el asunto diciendo que no había motivos sucientes para justicar una
investigación de esta naturaleza. Ante las sospechas y supuestos hostigamientos
y agresiones que el agresor dijo haber sufrido en la universidad en respuesta a la
denuncia de Sulkowicz, él presentó una demanda contra la universidad y varios de
sus más importantes administradores, declarando que sufrió represalias colectivas
por la continuada conducta de Sulkowicz.
El proceso y sus resultados fueron objeto de análisis por varios autores;
ninguna de las partes involucradas en el proceso quedó satisfecha al nal. La
víctima terminó teniendo una graduación difícil y fue obligada a vivir en el mismo
campus con la persona que la violó; y el criminal tuvo que terminar el curso en
un clima de sospecha y (supuesta) agresión en su contra. La Universidad, por su
parte, también se declaró disconforme con todo el proceso y, en 2017, decidió
reformar su propio proceso disciplinar
4
.
Antes de Sulkowicz, una larga lista de artistas y activistas feministas
se dedicaron a llamar la atención sobre el fenómeno de la violación en general
y, en particular, sobre los casos que se desarrollan en los campus universitarios.
Stassa Edwards menciona, por ejemplo, una película de Yoko Ono de 1968
titulada Rape
5
(“Carry at Weight”). De igual modo en 1973, Ana Mendieta
creó una performance llamada Untitled (Rape Scene)
6
mientras estudiaba en la
Universidad de Iowa en respuesta a la violación y brutal asesinato de una colega,
Sara Ann Otten. Para Edwards, sin embargo, la actuación de Sulkowicz es diferente
porque al miedo y a la ira se une todo un nuevo lenguaje visual de resistencia a
la violación, constituyendo así una denuncia, pero también un proceso doloroso,
arduo, y difícil o imposible de revertir (“Carry at Weight”):
Sulkowicz’s work is powerful because it expresses what cannot be narrated. e
visuals are striking, the elucidation of pain is so heart-wrenching; the reference
to violence, infuriating.
7
Para más información sobre el caso de Sulkowicz y toda la polémica que suscitó, véase su entrevista con
Roberta Smith, codirectora de la sección de crítica de arte del New York Times, el 14 de diciembre de 2014.
Vídeo cortesía de Elizabeth A. Sackler Foundation, www.brooklynmuseum.org/eascfa/video/.
Violación, en español. / Violação, em Português.
Sin título (Escena de violación, en español. / Sem título (Cena de Violação), em Português.
“La obra de Sulkowicz es poderosa porque expresa lo que no se puede decir. El impacto visual es imponente, la
expresión de dolor es tan desconcertante; la referencia a la violencia, exasperante.” / “O trabalho de Sulkowicz é
poderoso porque expressa aquilo que não pode ser contado. O impacto visual é imponente, a expressão da dor
é tão desconcertante; a referência à violência, exasperante.
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BARBOSA, M. E.
Igualmente exasperante fue la conclusión a la que llegaron las autoras
y participantes en el Proyecto e Hunting Ground, un documental único en
su género que salió en 2015, denunciando varios casos de violación en campus
universitarios de Estados Unidos. Aparte de la película, también se publicó en
2016 un libro con el mismo título, cuyo subtítulo, sintomáticamente, pretende
desvelar todo sobre la realidad de la violación sistemática de mujeres en los
campus de las universidades estadounidenses: “e Inside Story of Sexual Assault
on American College Campuses
8
(Dick e Ziering). De hecho, Kirby Dick y
Amy Ziering designan el fenómeno sistemático de la violación en estos espacios
como una “epidemia” (vi) y ofrecen sus testimonios personales y los de muchas
otras sobrevivientes como una clara denuncia no solo de los crímenes, sino
también de la impunidad institucional-“protecting the brand”
9
(viii). A través de
una cultura de impunidad, silencio institucional y violencia sexual generalizada,
voces de diversos sectores de la sociedad estadounidense exigieron el n de este
agelo. Estos llamados se hicieron visibles a través de varias iniciativas, incluidas
protestas en campus universitarios, documentales e intervención artística que
culminaron en investigaciones formales por parte de la Administración Obama
y varios proyectos de ley en el Congreso (Dick e Ziering, x-xi). En este sentido,
ya en 2014, la Division of Violence Prevention, National Center for Injury
Prevention and Control Centers for Disease Control and Prevention, encargó
estudios sobre la situación de violencia sexual en los campus universitarios del
país. Sarah DeGue, el mismo año y en respuesta a esta solicitación, presentó
un informe completo, dividido en tres partes, en lo cual que no solo identica
las causas del problema, especialmente aquellas obtenidas a través de métodos
cientícos y vericables, sino que también analiza las fortalezas y debilidades del
programa para prevenir violaciones de los Center for Disease Control, y también
hace recomendaciones para que se implementen actividades preventivas en los
campus universitarios bajo la propia custodia del Department of Justice (1). Así,
se concluye que el problema de la violencia sexual en la universidad es un asunto
serio y no solo una manifestación aislada de voces disidentes dentro del sistema
americano
10
.
Revelando los secretos de la violación en los campus universitarios estadounidenses” / “Revelando os segredos
sobre a prática de violação nos campus universitários americanos.
 “Protegiendo la Marca [Reputación Universitaria]” /“Protegendo a marca [reputação da universidade]”
10
En 2017, Halstead et al. consideraron la incidencia alarmante de casos de violencia sexual en los campus
universitarios del país, un problema de salud pública (2137). Sin embargo, en 2021, un estudio conducido por
Amrit Sandhu concluye por la falta de correlación entre la existencia y promoción de programas de prevención
de violencia de género en las universidades de EE.UU. y la realidad vivida por las personas víctimas de estos
crímenes. Su investigación se centra alrededor de la siguiente cuestión, “How does quantity of university pre-
vention iniciatives correlate with rates of campus sexual violence, including harassment, assault, and rape?” – en
español, ¿Cómo se correlaciona la cantidad de iniciativas universitarias de prevención con las tasas de violencia
sexual en el campus, incluido el acoso, la agresión y la violación?”
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DE LA UNIVERSIDAD AL PAÍS A TRAVÉS DE LAS REDES
SOCIALES Y AMPLIANDO LAS GARANTÍAS LEGALES
El 29 de octubre de 2014 fue declarado Día de Acción Aún Llevando
Esta Carga. En respuesta y en solidaridad con Sulkowicz, miles de estudiantes de
alrededor de 130 universidades portaron colchones como ella, protestando contra la
violencia sexual y la discriminación en el espacio académico. También se produjeron
la creación y renovación de grupos de apoyo a Emma y de activismo social contra
la violencia de género en la universidad, como Carry e Weight Together, Know
Your IX y Take Back the Night. Para quienes estudian en una universidad en los
Estados Unidos, es común experimentar uno o más grupos solidarios y activistas
convocando manifestaciones y acciones para crear conciencia sobre el problema de
la violencia sexual y racial en el campus. Lo que ha cambiado en las últimas décadas
es que ahora, de acuerdo con la Ley Federal, todos los estudiantes deben completar
una capacitación formal obligatoria sobre las disposiciones básicas de la ley contra el
acoso y los casos de violencia y discriminación en el campus, capacitación ésta que
se maneja de manera virtual. La Ley Federal en cuestión se llama Título IX porque
es parte de las Enmiendas Educativas que fueron votadas e implementadas en 1972
por el 92º Congreso de los Estados Unidos. Este es un diploma legal de alcance
federal que protege los derechos civiles de todos los estudiantes de las universidades
del país que se benecian de subsidios y apoyos económicos del Gobierno Federal y
está vigente como la principal ley contra la violencia de género en estos espacios
11
.
En términos legales, también es fundamental el llamado Jeanne Clery Disclosure of
Campus Security Policy and Campus Crime Statistics Act
12
ou Clery Act, lo cual
entró en vigor en 1990 y establece que todos y cada uno de los campus universitarios
de los Estados Unidos deben informar públicamente cada año todos los datos
disponibles sobre los delitos ocurridos en ese espacio, las estadísticas y tipologías
11
En el texto del Título IX se establece que: “Ninguna persona en los Estados Unidos, por motivos de sexo, será
excluida de participar en, se le negarán benecios o será objeto de discriminación alguna en cualquier programa
o actividad educativa que reciba asistencia nanciera del Gobierno Federal.” / No texto do Title IX declara-se
que: “Nenhuma pessoa nos Estados Unidos, com base no sexo, poderá ser excluída de participar em, ver recusa-
dos benefícios de ou ser sujeita a qualquer tipo de discriminação em nenhum programa ou actividade educativos
que recebam assistência nanceira do Governo Federal.
12
Jeanne Clery fue víctima de violación y asesinato en una universidad estadounidense cuya administración no
había informado públicamente sobre 38 víctimas de delitos violentos en los tres años anteriores a su muerte.
Sus padres, Connie y Howard Clery, recurrieron repetidamente a los tribunales y estructuras políticas para
aprobar legislación para prevenir más delitos en los campus universitarios. Así, en 1998, el Congreso decidió
incluir el nombre de Jeanne Clery en la legislación que entró en vigor en 1990 bajo el título de de Jeanne Clery
Disclosure of Campus Security Policy and Campus Crime Statistics Act. / Jeanne Clery foi uma vítima de violação
e homicídio numa universidade estadounidense cuja administração havia falhado com a obrigação de informar
publicamente sobre as 38 vítimas de crimes violentos nos três anos anteriores à sua morte. Os seus pais, Connie e
Howard Clery, repetidamente recorreram aos tribunais e às estruturas políticas para passar legislação no sentido
de prevenir mais crimes nos campus universitários. Assim, em 1998, o Congresso decidiu incluir o nome Jeanne
Clery na legislação que entrou em vigo em 1990 baixo o título de Jeanne Clery Disclosure of Campus Security
Policy and Campus Crime Statistics Act.
Se puede obtener más información en https://police.vanderbilt.edu/crimeinfo/cleryactfaq.php y en https://
www.clerycenter.org/the-clery-act.
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BARBOSA, M. E.
de los mismos delitos, el apoyo brindado a las víctimas de la violencia ocurrida
en el recinto, y dar a conocer todos los procesos y procedimientos instituidos e
implementados para prevenir el delito y la violencia
13
.
En mi universidad, la Universidad de Ciencia y Tecnología de Missouri
14
,
en Rolla, Missouri, esta capacitación se llama atractivamente U Got is!
15
y todos
los estudiantes deben completar este programa de prevención de violencia sexual
16
.
Otras universidades tienen sus propios programas de prevención también en respuesta
y de acuerdo con las disposiciones federales, y aún otras recurren a los servicios de
empresas especializadas como, por ejemplo, Culture of Respect©-Ending Campus
Sexual Violence, la cual es propiedad de NASPA, Student Aairs Administrators in
Higher Education
17
. Además de educar a todo el alumnado, personal administrativo
y docente sobre las tipologías de delitos de origen sexual como el acoso, el acecho y
la violación, también se enfatiza la necesidad del consentimiento explícito antes de
iniciar actividades de carácter sexual y se enumeran todas las posibles circunstancias
que puedan impedir o imposibilitar la manifestación expresa del consentimiento
(“2022 Annual Campus Report,” 25). El actual programa popularizado en múltiples
universidades a nivel nacional se llama STEP UP!
18
Y está especialmente diseñado
para incentivar a todos y cada uno de los alumnos a intervenir positivamente en
cualquier situación de potencial peligro y riesgo, asumiéndose como defensor de
la persona potencialmente victimizada
19
. También se pueden destacar otro tipo de
iniciativas, como la documentada por Jessica Childs, “eater for Social Justice:
Sexual Violence Prevention Programming for College Campuses,
20
” de 2017,
un programa de teatro como instrumento de justicia social que concientizó a la
población estudiantil de la Universidad de Ursinus College en Pensilvania.
Este escenario de inversión en programas de prevención de la violencia
de género y la discriminación en la universidad no puede entenderse sin mencionar
expresamente movimientos sociales recientes como MeToo
21
y todo tipo de
SlutWalks
22
. La periodista Ana Vidal Egea, en 2021, publicó una crónica en la que
13
Para un excelente resumen detallado de las leyes y disposiciones legales aplicables en los Estados Unidos en
materia de violencia sexual en las universidades, el histórico de la evolución de su aplicación y su cumplimento,
ver Grin, Pelletier, and al., “Campus Sexual Violence Elimination Act: SaVing Live sor SaVing Face?” (2016)
14
Missouri University of Science and Technology, en el original en inglés.
15
¡Adelante, puedes hacer esto!” / “Força, tu consegues fazer isto!”
16
Se puede encontrar más información sobre las últimas estadísticas y los programas existentes en la universidad
en https://police.mst.edu/programs/info/clery/.
17
Para obtener más información sobre este consorcio, visite https://cultureofrespect.org/.
18
“¡intervén!” / “Intervém!”
19
En inglés, en el original, se llama Bystander Intervention Educaction.
20
Particularmente ecaces son los escenarios y juegos de rol que constituyen en programa como “To the Boy
Who Yelled ‘Faggot’ Outside the Library” [“Al chico que gritó ‘maricón’ fuera de la biblioteca”] y “But, He Said
He Loved Me” [“Pero él me dijo que me amaba”] (14-15).
21
“Yo también.” / “Também eu.
22
“Marchas de zorras” / “Marchas de putas
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mencionaba nuevos casos de protestas contra la cultura de la violación que impera en
universidades de Estados Unidos, comentando cómo en la Universidad de Kansas,
un caso de violencia sexual en la fraternidad Phi Kappa Psi provocó el cierre por
parte de las autoridades competentes de esta asociación de estudiantes masculinos
tras varias manifestaciones y bajo la presión ejercida por casi 15.000 personas que
rmaron una petición en tal sentido (“As fraternidades universitárias dos EUA”).
Tampoco pasa desapercibido que la gran mayoría de la información relacionada
con este y otros hechos similares en los campus universitarios del país circula por
las redes sociales, ya que hoy en día el internet y los teléfonos inteligentes permiten
a los estudiantes mayor exibilidad y acceso en cuanto a la creación y difusión de
denuncias, prevención, y contenido activista. Teniendo en cuenta que el sector de
la educación superior es uno de los negocios más rentables de este país, es fácil
entender por qué las universidades no están interesadas en saber qué está pasando
con la violencia y los rituales de novatada académica que, a menudo, ocurren dentro
de las actividades de la vida griega
23
o deportivas
24
.
COMPLAINT! Y EL ROL DE LA UNIVERSIDAD
Conclusivamente en la introducción al volumen especial de la Annual
Review of Critical Psychology de 2018, dedicado al tema del “Sexo y poder en
la Universidad,” las autoras/editoras Karuna Chandrashekar, Kimberly Lacroix y
Sabah Siddiqui referencian la renuncia de la conocida profesora Sara Ahmed de su
universidad en el Reino Unido en protesta por el tratamiento que la Goldsmiths,
University of London en contra las estudiantes víctimas de violencia sexual que se
organizaron contra sus agresores (4). Este no es ni será el único caso de renuncia
de mujeres, personas queer o pertenecientes a minorías en el cuadro del universo
académico; la propia institución crea mecanismos internos para distanciarse de
cualquiera responsabilidad, pero también para invisibilizar el “escándalo” y potencial
daño causado a su reputación. Así, la universidad naturaliza una cultura que tolera
la violencia, glorica a los violadores y abusadores de todo tipo, y criminaliza o
invisibiliza a los sobrevivientes. En el modelo de puerta giratoria del que habla
Sara Ahmed en su último libro, Complaint! (2021), ella cuenta como ella misma
se transformó en una “escuta feminista” por tener de jarse atentamente en las
23
En Estados Unidos se denomina Vida Griega al conjunto de actividades y asociaciones estudiantiles relacio-
nadas con fraternidades -para hombres- y hermandades/sororidades -para mujeres. Para más información sobre
el impacto nocivo de lagunas fraternidades en el campus, ver el reciente artículo de Kate Hidalgo Bellows,
“Fraternities Drew Widespread Outrage is Fall. Here’s What Happened to em” [“Las fraternidades provo-
caron una indignación generalizada este otoño. Esto es lo que les sucedió”]. e Chronicle of Higher Education,
December 9, 2021.
24
Ver Erin E. Buzuvis y Kristine Newhall, “Inequality, Discrimination and Sexual Violence in US Collegiate
Sports,” quienes, en 2016, ya analizaban el problema de las disculpas por violaciones sexuales cometidas por
atletas masculinos dentro de la industria deportiva estadounidense como un problema agrante denunciado por
la prensa a través de la publicación de noticias sobre escándalos con corrupción e impunidad, que aún persisten
muchas veces, hasta el día de hoy.
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BARBOSA, M. E.
cuestiones denunciadas en términos de sexismo, discriminación y violencia (3). Así,
Ahmed teoriza como lo que ella designa de “mecánica institucional” sirve justamente
para impedir la resolución de las quejas o reclamaciones contra la universidad (28).
En respuesta al bloque de barreras institucionales discriminatorias en contra de
las víctimas y sus quejas legítimas, Ahmed propone dentro de su losofía de “la
aguaestas feminista
25
que nos convirtamos en “escutas feministas” y en “colectivos
de la queja.” En el contexto de los EE.UU., el proceso de quejas bajo el Title IX se
vuelve a menudo kafkiano y muchas veces las garantías legales que impone esta ley
terminan no funcionando perjudicando seriamente a las víctimas de violencia sexual
y de género en la universidad.
Así, el concepto de “traición institucional,” primeramente acunado por
Jennifer Freyd y Carly P. Smith en 2013, designa este sentimiento de profunda desilusión
con lo cual se quedan las víctimas de violencia sexual y de género en las universidades
cuando sus instituciones no llevan en serio sus quejas, reclamaciones y demandas (Smith,
Cunningham, and Freyd, 352). Sin embargo, no es solo el hecho que sus voces no
son escuchadas; es la secuencia de desvíos, omisiones, fechorías, maniobras en general
destinadas a invisibilizar lo sucedido y a promover la política del silencio por forma a no
perjudicar la reputación de la universidad. La institución falla porque no logra proteger a
su estudiantes, docentes y funcionarios de potenciales crímenes y actos discriminatorios,
pero la situación de las víctimas empeora cuando no hay un proceso que responda
adecuadamente a su sufrimiento, ni hay ninguna forma de reparación y disciplina
del agresor. A 13 de marzo de 2020, e Guardian publicó un artículo intitulado,
“Universities traumatise student sexual misconduct survivors by mishandling cases,
26
lo cual fue escrito por dos de las creadoras del proyecto e 1752 Group, UK, quienes
también participaron activamente en la creación del colectivo mencionado en el último
capitulo del libro de Ahmed, Complaint! (Bull and Page). En los EE.UU., ya en 2015,
Jennifer R. Wies llamaba al proceso judicial que ocurre en el campus en las universidades
en el país, una forma de disciplinar las víctimas y no sus agresores
27
(282). De igual
modo, un grupo de especialistas en ciencias criminales, en 2016, designó el intento
legislativo conocido como Sexual Assault and Violence Education Act (SaVE) como
una forma de las instituciones salvaren la cara, no vidas, pues argumentan que una sola
solución al nivel federal no es necesariamente la más ecaz considerando la diversidad y
característica propias de la población estudiantil de cada institución
28
(Grin, Pelletier,
25
Feminist Killjoy en el original en inglés.
26
“Las universidades traumatizan a los estudiantes sobrevivientes de conducta sexual inapropiada por el mal
manejo de los casos.
27
En el sentido contrario, KC Johnson se maniesta en 2016 contra lo que considera el mito de la negligencia
institucional en los Estados Unidos (2) y llamando la atención para la inecacia de los procesos disciplinares
en Yale, sobre todo en materia de disposición por parte del comité de docentes especialmente reunido para el
efecto en casos de violación (5).
28
En el mismo sentido, Moylany Javorka argumentaron en 2018 por la necesidad de ensanchar la lente y abrir
cada campus a un proceso de prevención y tratamiento de casos de violencia sexual y de género de una forma
que designan por “ecológica” o más comprensiva. Así, cada campus debe considerar sus factores de riesgo como
el uso del alcohol y estupefacientes, la cultura estera, sus atletas y sus fraternidades, bien como la disponibilidad
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and al. 422). El proceso de identicación, seguimiento y de “escucha” de las personas que
presentan quejas formales se vuelve rápidamente en una quimera y todas partes reclaman
que algo se escapa entre líneas.
Así, todo el proceso disciplinario en las universidades se basa en un modelo
procesal anticuado que parece imitar innecesariamente lo que sucede en un proceso
legal, pero sin la ecacia de sus resultados nales. Inevitablemente, se les pasa factura
a las víctimas y la falta de apoyo psicológico daña seriamente, pues hay que considerar
que el mismo proceso crea, entre otras, formas no materiales de violencia. Entiendo
como formas no materiales de violencia todas las formas insidiosas y sutiles de abuso,
discriminación y violencia, incluido el abuso de poder, las represalias y el gaslighting
29
.
En el actual régimen neoliberal que considera a la universidad una unidad productiva
y rentable, la educación se convierte en un producto o mercancía con un precio alto e
insostenible para muchos. En EE.UU. es común el gran volumen de deudas por los
llamados préstamos escolares y es conocida mundialmente su falta de democratización
de la educación superior, entre otras necesidades ciudadanas básicas. Como el poder del
clientelismo, la corrida a los fondos estatales y federales para la educación superior, y las
inuencias políticas terminan interriendo con toda la gestión académica, incluyendo
los planes de estudios, los servicios disponibles y el mantenimiento rutinario de toda la
estructura académica
30
.
En términos procesos, y hasta recientemente, muchas universidades no
permitían otras formas de prueba en audiencias de casos de violencia sexual como
mensajes de texto o publicaciones en las redes sociales. Esto implicaba no tener acceso
ocial al perl virtual de las partes involucradas, ni siquiera como evidencia vital para
la resolución del caso [por ejemplo, un video de un acto violento contra una víctima].
En n, la gran mayoría de los casos se centran en el comportamiento y acciones de los
estudiantes, dejando atrás la violencia que se da entre docentes, administradores con
de servicios y recursos para las víctimas (179). También ya en 2015, Ashley Hartmann concluía por la necesidad
de un abordaje multifacético y proactivo que promoviera el apoderamiento de los sobrevivientes dentro del
cuadro legal vigente. En la misma línea, también en 2015, Jill C. Engle defendió la necesidad de los protocolos
vigentes en las universidades en casos de violencia sexual y doméstica convertirse en medidas efectivas de apoyo
a las víctimas. Engle concluye que es necesario darles entrenamiento competente al personal docente y adminis-
trativo, quienes de acuerdo con la Ley Federal son reporteros obligatorios en el campus (421).
29
Gaslighting se puede traducir al español como “manipulación,” pero es mucho más especíco que eso;
es una forma de abuso psicológico que hace que la víctima cuestione su propia percepción y comprensión,
causando un daño mental potencial. En este tipo de abuso, los abusadores típicamente mienten, proyectan
sus errores y defectos de carácter en sus víctimas y evitan la responsabilidad por sus acciones cuando son
confrontados. El uso actual de la expresión gaslighting, proviene de la película de 1944 del mismo nombre
dirigida por Georges Cukor con Ingrid Bergman y Charles Boyer. Esta es la historia de una mujer que casi
se vuelve loca por acción de su marido, quien quiere aprovecharse de su fortuna. Su esposo utiliza todo tipo
de trucos y manipulaciones psicológicas para convencerla a ella y a la sociedad de que está loca.
30
Entre los problemas estructurales en la universidad ahora son predominantes las cuestiones no solo de violen-
cia de género, pero también de abuso de poder y ataques reaccionarios al sistema de Tenencia [Tenure, en origi-
nal en el inglés] como la forma de prestación de pruebas de agregación que garante la llamada libertad académica
y protege el sistema de autogestión colectiva de las universidades, y el predominio de docentes asalariados en
situación económica precaria, situación que se agudizó aún más durante la pandemia.
78 Revista do Instituto de Políticas Públicas de Marília, v.8, p. 69-82, Edição Especial 2, 2022.
BARBOSA, M. E.
docentes, administradores con personal calicado y no calicado, y muchos otros casos.
Incluso los casos en los que los estudiantes actúan de manera abusiva contra los docentes
y el personal no son visibles, estudiados o cuanticados.
Mediante este cuadro, se
vislumbra una e
structura jerárquica rígida y abusiva; una vez que una persona
cuestiona o confronta el statu quo, el sistema actúa para invisibilizarle, neutralizarle
o simplemente eliminarle. Docentes como Ahmed son tentativamente amordazadas
por forma a no traicionar la tan reputada moralidad institucional. En los EE.UU.,
lidiamos corrientemente con varios casos de mordazas dictadas por posiciones políticas
reaccionarias y opresivas, incluyendo denuncia de casos de violencia de género, apoyo
a estudiantes carentes de medidas de prevención del embarazo y de aborto, y falta de
protección a estudiantes trans y queer. A veces, y mismo dentro del cuadro legal de
protecciones vigentes, predominan posiciones duras y en clara negación de las leyes
universitarias y federales por parte de los llamados Patronatos o Regentes, especialmente
en estados republicanos y cuyos cuerpos legislativos apoyan a Trump
31
. Casos recientes
de racismo, sexismo y discriminación a todos los niveles imperan.
CONCLUSIÓN  EL AUGE DE LAS AGUAFIESTAS
El actual momento que se viven en los Estados Unidos en materia
de violencia de género en las universidades es crítico. En un país adonde ahora
se cuestionan las prácticas democráticas, se propagan mentiras y fake news, y
muy recientemente se desmoronaron las garantías y los derechos adquiridos
reproductivos de las mujeres,
32
los cambios legislativos en materia del Title IX
en el curso de la Administración Biden están lejos de ser considerados polémicos.
La anterior administración Trump había cancelado algunas garantías y procesos
de esta importante ley federal, pero ahora se discuten más de acuerdo con las
reales necesidades de las poblaciones minoritarias en el campus, el impacto y las
medidas especícas de las nuevas líneas de referencia. Así, con la preocupación
de tomarle el pulso al actual momento que se vive, e Chronicle of Higher
Education implementó un espacio de libre discusión en línea de las medidas de
la nueva ley bajo Biden, consonante reporta Carolyn Kuimelis. Algunas medidas
especícas como la noticación obligatoria ahora expandida se encuentran bajo
fuego, pues para muchos críticos pone en riesgo la relación entre los docentes y
administrativos quienes son la primera línea de contacto y apoyo a las víctimas
directas de violencia de género en la universidad (Knott). También existe
preocupación con la imposición de un modelo de investigación de casos a ser
31
Véase el caso en el estado de Tennesse, consonante reportado por Katherine Mangan en e Chronicle of
Higher Education el 7 de septiembre de 2022, “In Tenn., a Lawmaker Tells Colleges to Scrub References to Gay
and Transgender Rights Under Title IX” [“En Tenn., un legislador les dice a las universidades que eliminen las
referencias a los derechos de los homosexuales y las personas transgénero bajo el Título IX”].
32
Me reero a 19-1392 Dobbs v. Jackson Womens Health Organization (06/24/2022), la decisión del Supremo
Tribunal de los Estados Unidos que vino revocar el derecho al aborto y los derechos reproductivos de las mujeres
patentado en Roe v. Wade410 U.S. 113 (1973).
Revista do Instituto de Políticas Públicas de Marília, v.8, p. 69-82, Edição Especial 2, 2022. 79
Todavía llevando esta carga Artigos/Articles
realizada por un solo investigador y con la falta de audiencias presenciales (Rice
Lave). Lo que importa resaltar es que las mismas revisiones del Title IX en el
curso por parte de la corriente administración también innovan en materia de
violencia de género, ahora extendiéndola a personas queer e invitando a todas
las personas involucradas a no más ignorar lo que se pasa en el campus. Usando
la terminología de Ahmed en su teorización de la feminista aguaestas y otras
sujetas voluntariosas, quien cita a Adrienne Rich, importa no desviar la mirada
de lo que está pasando – “Dont look over it: dont get over it”
33
(“Feminist
Killjoys”). Siguiendo la tradición de las feministas negras como Audre Lorde,
quien en su último libro de poemas a título póstumo intitulado Tu silencio
no te protegerá, y consonante teoriza Ahmed, importa darle el cuerpo a esta
lucha, porque “ere are so many silences to be broken
34
(Lorde 44). Emma
Sulkowicz quebró el silencio y así también lo hicieron las sobreviventes de e
Hunting Ground. El problema de la violencia de género en las universidades
estadounidenses está lejos de desaparecer, pero mientras seguimos llevando esta
carga, al igual persistimos con nuestra voluntad de hacer mejor. Y en unión
quebramos nuestros silencios ahora.
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33
“No lo mires por encima: no lo superes”
34
“Hay tantos silencios que romper.
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